sábado, 17 de febrero de 2018

Iniciando a mi amigo



Soy Luis y esta es mi historia.

Amigos van y vienen pero Nene si bien no era de los más cercanos siempre estuvo allí, su edad no permitía que lo involucrara mucho en mis salidas pero el contacto era bastante continuo.

El es un chamo de 20 años, delgado, pelo castaño, moreno y como todo joven de su edad todo es una moda. El es mi vecinovecino, lo conocí 3 años después que me independice de mis padres.

Recién mudado al edificio perdí mi celular, típico en mí que pierda los celulares pero esa vez alguien devolvió lo que no era suyo y era Nene quien había reconocido mi cara en las fotos.

Él sabia mi hora de llegada y espero con paciencia hasta verme, nene estaba sentado en el piso cerca de la entrada cuando me vio se levanto y ya junto a él saco algo de su bolsillo, era mi celular.

-Eh Señor encontré esto al mediodía y creo que es suyo -dijo con una voz temblorosa.

Al ver lo que el chamito tenia en la mano no pude dejar de sentirme aliviado puso el celular en mi mano al segundo estaba abrazándolo -No sabes el peso que me acabas de quitar-. le dije alegre.

Esto derivo a que mas tarde fuera a su casa y hablara con su mamá, le entregue a Nene una playera azul de su talla y una gorra traída de mi tienda. Ese día fue una noche bastante alegre porque su familia me invitó a cenar por ser el nuevo vecino, Nene contento con su recompensa y yo con mi celular.

Gracias a esta circunstancia me hice amigo de su familia aunque mas de Nene y como vivía solo, mas de una vez lo invitaba a mi casa a fiestas o alguna película.

Una vez lo lleve a una fiesta y un arreglo con una amiga sirvio para que mi amigo tuviera su primera vez. Si bien tenía sus amistades del liceo y universidad yo era como su hermano y de vez en cuando hablábamos o echábamos vaina.

El era una de las pocas personas que sabia que jugaba para los dos bandos y que lo tomo normal, no censuraba el tema y aunque es atractivo nunca lo había visto de forma sexual, a veces nos echábamos los cuentos o le pasaba algo de material +18 hetero pero hasta allí quedábamos.

A los 20 años nene ya tenía el típico cambio de universitario donde se mejora en todos los aspectos, había desarrollado buen físico no obstante seguía siendo delgado, la seguridad le brotaba y en lo sexual le iba bien.

Un día viernes echados en el mueble mientras veíamos una peli en TNT con cerveza en mano y hablando del último video que le había pasado saco a colación algo que me sacudió internamente.

-¿Qué sientes cuando te cogen?-. pregunto.

-Ehmm-. Mi cara se enserio un poco pero nada de otro mundo. Fueron dos segundos eternos porque la pregunta no me la esperaba y solté una carcajada.

Nene hizo la pregunta por impulso y ahora estaba rojo evitando mirarme a los ojos. Me levante y le di unas palmadas en el hombro.

-Relájate que no es nada de otro mundo y la curiosidad es normal –le dije- mientras me levantaba a buscar otra cerveza. -¿Quieres otra?-. Él asintió.

-Esta bien no debí preguntarte-. Dijo entrecortadamente.

-Tranquilo man no tengas pena es que me agarraste de sorpresa jaja no tengo tanta experiencia por atrás pero de lo poco, no te negare que he disfrutado.

Destape la cerveza le entregue una y me fui a sentar.

-Ehm mi primera vez fue un poco… dolorosa pero también placentera. El hecho de sentir el culo lleno te pone la verga mas dura de lo que te has imaginado tenía que controlar una paja mientras me cogían porque sino acabaría demasiado pronto. Es diferente a la sensación de tu verga es algo que no podría describirte.

-Luis yo se que somos amigos y por eso te lo pido. Júrame que no se lo dirás a nadie-. Dijo nene.

-Ok pero ¿Qué paso bro? Me vas a copiar.

-NO NO NO no no pero en verdad no se es que últimamente bueno no tan tan ahorita me ha venido en la cabeza que tu eres tan tan tan macho pues y eres bisexual y me viene a la mente como coño te dejarías coger o sea que si te dejas coger es por algo y y…

-Cálmate nene

-Quiero probar también-. dijo cadapalabra de una forma tan rápida que todo quedo en silencio de nuevo.

-¿Pero conmigo?-Lo miré fijamente.

-Eres el origen de esto Luis y además tengo demasiada confianza en ti.

-Dejame pensarlo man-. Lo dije para no parecer tan lanzado pero mi verga habia dado señales que ignore.

Sentados en el mueble mirando fijo la tv pasaban una de mis canciones predilectas, Coma White. Mis pensamientos no dejaban de dar vueltas en que la amistad con nene podría peligrar y principalmente en que es como mi hermano. Perdido en mis pensamientos no note cuando de una, Nene me decía que se iba.

-Quedate man ahora es que tenemos que hablar.

Pasamos como media hora hablando respecto a su “curiosidad” y el ambiente por fin se relajo, esa misma noche lo haríamos. No habría problema con sus padres, él les aviso que saldría conmigo a una fiesta.

-Man quiero que te relajes, esto no cambiara nada tu eres como eres, ya lo decidiste y yo no te hare daño.

Mi gran prioridad era hacer que pasara la mejor noche de su vida, las primeras veces no son tan felices es mas como quiero quitarme o quítame eso, al final no se goza tanto como se debería y uno no termina tan relajado, bueno por lo menos para mi fue así aunque todo mejora después.

Recostado en el mueble le di un beso quería hacer todo esto a mi modo, nene estaba tenso pero a medida que lo besaba iba cambiando. Me adueñe de su cuello y se que cada caricia lo volvía loco. 

Él se dejaba hacer y yo tome control de la situación. Mordía sus hombros, cuello y orejas. Chupaba sus tetillas y lamia sus pectorales. Besaba y chupaba su manzana para luego jugar de nuevo con su cuello.

Coloque su mano en mi verga negra de 20 cm erecta al máximo, él se corto un poco pero siguió acariciándola encima del bóxer aunque la cabeza se salía por arriba. Y mi mano no soltaba su verga de 17 cm dura que lubricaba más que la mía.



NENE

Nos dirigimos a la habitación y me senté en la cama, ahora si con el corazón en la mano. El notó que estaba cortado y sin decir nada, vino y se sentó entre mis piernas y me beso como nunca nadie lo había hecho, era mas que notable que el tenia el control, se comía mi boca con ganas, mordía mis labios, su lengua no dejaba de jugar y como nunca sentí una cosquilla que recorría mi boca y cachetes.

Empujo mi espalda a la cama quedando su peso sobre mi, me excitaba mas de lo normal, el me tenia bajo su dominio, su verga dura bajo la tela era restregada en una de mis piernas mientras nos seguíamos besando como locos. Siempre era yo el que dominaba ahora tenia mi verga tan dura como el hierro con Luis encima de mi y volviéndome loco.

Su mano tomo mi verga y sus dientes empezaron jugar con mis pezones y sin ninguna compasión Luis los mordía, cosa que me provocaba un nuevo tipo de dolor, trate de separarlo pero el tomo mis muñecas para terminar de inmovilizarme y siguió con su juego.

No dejaba de decirle que parara pero el seguía, mis suaves gemidos se confundían no se si me gustaba o no pero mi verga estaba mas firme que nunca. Hasta que por fin mis pezones fueron liberados pero ahora si sentía como permanecía en ellos una leve sensación que ahora era un dolor continuo... pero excitante.

Con mis pezones todavía ardiendo bajo mi bóxer, Luis liberó mi verga, la descapucho con su mano derecha y empezó a pasar la lengua por todo el comienzo de mi glande. Su boca pasó minutos tocando, chupando, mordiendo solo la cabeza de mi verga haciéndome pegar pequeños gritos de placer ni la más puta de mis novias lograba esa sensación.

No pude abstenerme quería gritar pero no podía así que mis suspiros llenaban la habitación cuando de repente en un arranque de locura se metió mi verga completa, unas ganas de sacarla por lo brusco me invadió por unos segundo pero luego la calma llego y disfrute de cómo su lengua acariciaba el comienzo de mis bolas.

Con mis codos apoyados en la cama levante la mitad de mi cuerpo, el morbo al ver la cara de mi amante con los ojos llorosos y la sensación de calor en mi verga casi me hacen acabar pero él lo sabia. Mi cabeza echada para atrás y la respiración agitada por tan extremo momento pero él no quería descansar y yo tampoco.

-No acabes-Me dijo Luis.

Volvió a la carga subiendo y bajando como un demonio. Yo intentaba no acabar pero esa forma de mamar era demasiado para mi. No pude evitar maldecir cuando de nuevo dejo mi verga para empezar a besar y lamer mis bolas que se sentían bastante mojadas.

Se levanto del piso y fue en busca del control del aire acondicionado, apago el equipo y después salió de la habitación sin decir nada. No pude evitar sentirme confundido el amable y simpático que conocía desde hace tiempo es un ser diferente en la cama, ahora combinaba mas con su contextura.

Estaba tan hundido en mis pensamientos que no note cuando llego a la habitación con su cara seria y yo con mi polla ya no tan dura pero en la misma posición. Su boca se acerco otra vez a mi verga probándola como si fuera un helado delicioso, su lengua se distraía jugando con el hilillo de mi precum que ya se encontraba por toda mi cabeza.

Su técnica para mamar sin duda me volvía loco, no duró mucho tiempo hasta que volvió a meterse mi verga casi completa pero ahora de forma mas lenta subía y bajaba, la habitación solo eran mis gemidos y el sonido de sus chupadas tan fuertes.

Estaba tan excitado con la mamada que no note uno de sus dedos que se resbalaba con tanta saliva por mi agujero, mi verga se puso más dura que nunca y hasta agradecí el gesto. Mis gemidos cada vez eran más fuertes, su mamada más rica y 3 dedos hasta lo más adentro.

-Acomódate en el centro de la cama.

Seguí su orden y me coloque en el medio, con mis brazos debajo de mi cabeza esperando de nuevo la mamada.

-No chamin boca abajo. Tranquilo solo te mamare el culo tan rico como lo he hecho con tu verga- dijo Luis.

Sin mas preámbulo me coloque boca abajo, ya la excitación no me permitía pensar mucho.

Sus manos acariciaron mis nalgas y luego se encargaron de abrirlas, metió su cara entre ellas y sentí como aspiro el olor entre ellas, que situación mas morbosa estaba viviendo y aumento cuando sus besos sonaron en mi raja.

Su lengua como una profesional se encargo de llenar de saliva mi agujero además de hacerme sentir tan entregado en sus manos cuando lograba entrar a esa cueva. No pude aguantar más y levante ligeramente mis nalgas para que su cara se restregara más en ellas, mientras una paja muy lenta que hecha por él provocaba que hundiera mi cabeza en la cama.

Mis suspiros fueron interrumpidos cuando ya no sentía la cara rasposa y la lengua en mi agujero sino algo más duro y grande, sabía lo que venia.

Su guevo restregándose entre mi raya húmeda de tanta saliva y yo esperando el momento. Tomo mi cintura y la llevo hacia atrás, quedando en 4. Su cabeza fue presionando mi virgen agujero de una forma tan lenta que me dolía bastante aunque no exagerado.

-Haz como si estuvieras cagando man y trata de mantenerlo así para que no te duela.

El dolor se convirtió en una pequeña incomodidad, un poco de líquido frio recorrió mi raja hasta que llego a la entrada ya invadida por unos centímetros de verga.

Los segundos parecían minutos hasta que choco su cadera con mis nalgas. Me quede inmóvil, sentía que todo estaba centrado en mi culo, con todo su guevo en plenitud, sentía que el mundo se me iba, trataba de no contraer el ano pero lo poco que podía me hacia sentir lleno. No podía creer que esa verga tan enorme estuviera toda adentro.

Me gustaba cuando la metía, al sacarla sentía una incomodidad que de cierta forma me gustaba pero era extraña muchas sensaciones en una zona, sentía cada centímetro que iba saliendo.

Las gotas de sudor recorrían mi espalda, además de las que caían de Luis que de vez en cuando la besaba mientras masajeaba mis caderas y agarraba un ritmo más rápido.

Un gigante como Luis dándome por el culo, el sonido de la cogida se extendía por la habitación y cada vez estaba como mas ido, las sabanas las había arrancado del colchón, ya solo eran mis codo quienes me mantenían parado mientras mi cabeza descansaba en una almohada.

-¿Cómo estas?-Dijo Luis con una leve carcajada tan característica en él. No le respondí, solo alce un brazo.

Cambiamos de posición, yo boca arriba mientras él con mis piernas en su pecho me daba mas duro. Yo agarraba de mi pelo, masajeaba mis abdominales, halaba las sabanas y de vez en cuando me hacia una suave paja pero Luis no me dejaba terminar y me retiraba la mano. Así estuvimos como por 15 minutos hasta que dijo para adoptar otra posición.

Luis boca arriba en la cama y yo sentado sobre su verga. Una vez adentro completamente empecé a moverme suave pero él me tomo por la espalda, me atrajo hacia él, pecho con pecho y me bajó un poco.

A continuación comenzó la cogida más arrecha de la noche su verga salía y entraba mas rápido, yo casi que no podía hacer mas nada, solo gozar ya que hace rato que el dolor no aparecía, solo extrañas sensaciones que me estaban volviendo loco.

Esa sensación de sentir que te están tocando por dentro y que cada vez estas más abierto, además del calor y el sudor corriendo como agua eran demasiado. No se cuanto tiempo estuvimos en esa posición pero mi cabeza no se levanto en ningún momento, mis ojos permanecían cerrados y un jadeo contante y agitado que demostraban como me encontraba en ese momento, en el cielo.

Como un juguete me volteo y quede boca arriba de nuevo, tomo mis piernas como hace unos cuantos minutos y empezó de nuevo con una cogida extrema acompañada de un olor a macho y el éxtasis en la puerta.

Luis agarro mi verga que se encontraba dura desde el comienzo y empezó con una paja lenta mientras el seguía con su faena como loco hasta que pego un grito ahogado y se corrió en mi culo mordiendo levemente mi pie mientras sus contracciones se hacían cada vez menos intensas.

Todavía con la respiración agitada pero mas calmado bajo a mi verga y metió mi glande en su boca haciendo delicias con su lengua mientras seguía con una paja pero ahora mas rápida, dos dedos jugaban en mi culo que se sentía bastante abierto y húmedo.

No dure nada, me corrí en su boca y mis contracciones no eran normales una corriente me invadió junto a la piel de gallina, sensaciones desde mi verga y culo hasta llegar a todas las zonas de mi cuerpo.

Quede muerto en la cama no podía creer lo mucho que había disfrutado y la energía tan intensa, sexo puro y duro entre machos. Descansé junto a Luis que estaba en las mismas que yo y que buscaba mi mirada, fue correspondida con una sonrisa.

Minutos después nos levantamos acomodamos la cama, luego yo fui a tomar agua y Luis se quedo en la ventana fumándose un cigarro.

-¿Te gustó?-Dijo Luis.

-Para nada-. Sonreí.

Y los dos nos echamos a reír. Me fui junto a él para refrescarme con la brisa de la noche y el se coloco detrás de mi besándome el cuello y chupando el sudor que corría por toda esas zonas. Metió un dedo en mi culo que se sentía bastante extraño con esa cogida y me mostro como se lo llevaba a la boca para chuparlo.

Terminamos la noche viendo la TV, oliendo a sexo y a cigarros.

●●●●

Me desperté de repente, una verga dura y mojada estaba dándome suavecito por el culo pero no terminaba de entrar y eso me desesperaba. Sentí i erección y noté el brazo de Luis sujetandome por el abdomen.

Eché mi cuerpo hacia atrás y senti como los 20 cm invadieron de nuevo mi culo. Senti morir de placer. 

FIN

viernes, 2 de febrero de 2018

Confesiones de un policía


Policía


No sé si les ha pasado que algunos días amanecen como más caliente que nunca, las pajas solo tienen un efecto momentáneo y vas por la calle caminando donde aparecen unos panas que te dejan la leche en la punta del guevo.

Como si Dios hubiese elegido colocar cada uno de esos hombres para calentarte para demostrar que él es quien manda y tu solo eres su marioneta.

¿Cuántas personas no estarán solas deseando tragarse la leche de alguien por la boca o culo? Son en esas las oportunidades donde pienso así: Yo tan caliente y a lo mejor este pana de ojos café que está comprando jugo en la panadería necesita un guevo pero no hay forma de saber o de cuadrar. Simplemente la vida es así.

Paré un moto taxi a y puedo decir que estoy de a toque, tal vez sean las putas hormonas que me tienen de esta forma, no sé, pero es que tengo el guevo parado y no hay mas culpables que el panita que está delante de mí y la vibración del viaje que no ayuda.

Hay veces donde no puedes aguantar más y no quieres creer en dios, destino o lo que sea, sino en que uno mismo debe propiciar las cosas y si, hay que buscar quitarme esta calentura como sea y con quien sea.

Pero el destino se reía de mi, nadie estaba disponible de mis conocidos, ya ha pasado un mes desde mi último polvo y cuando les escribo a mis culitos solo obtengo que si tengo pareja, estoy de viaje, ya tengo planes y otras excusas más.

Siempre había aprovechado las ventajas de la bisexualidad pero es que nada es perfecto, por alguna razón cuando las mujeres se me acercan siempre quieren alguien que las proteja, le monte 4 hijos, una casa y seamos felices para siempre.

Los machitos ahora también quieren su dosis de fidelidad y yo soy claro, no quiero nada serio sino un culo apretaito que me desleche o en algunos casos muy poco común el “ideal” para darle mi culo.

Y no voy a negar que soy complicado, necesito cierta seguridad ya que como policía cuido mi imagen y si se enteran allá será un peo, como ya les he dicho en otro momento solo lo sabe otro compañero por eso elijo con cuidado con quien estaré en cuanto a hombre se refieren.

Entre tanto buscar, el estrés de la policía, mi tienda y otros asuntos familiares solo terminaba en mi apartamento relajándome con una paja para no morir por alta dosis de leche en el organismo pero cada vez sentía más la arrechera que se iba acumulando en mi cuerpo.



Las guardias se hacían eternas y mi humor se vio afectado, sentía una energía acumulada y por más que lanzara miradas para ver quién me correspondía no concretaba nada.



Mi compañero sabía mi estado y lamentablemente él es activo, tampoco le daría culo aunque estaba bueno porque en esta movida hay cierta creencia de que el activo es el superior y yo no le daré el gusto de pensar eso conmigo.



El sábado era anormal, demasiada tranquilidad y créanme que ese horario me estaba rompiendo los huevos hasta que empezamos a dar vueltas por las zonas más concurridas casi a las 11 de la noche, necesitaba distraerme y estar en la moto lo lograba.



Dimos unas vueltas por algunos barrios sin total novedad y luego pasamos por algunos sitios nocturnos donde se veía algo más de acción y en algunos casos problemas.

¡Maldita sea nojoda! necesito una pelea, un robo, un choque o algo que le ponga sazón a la noche y nada sucedía, yo sé que está mal que yo desee que eso suceda pero los mecánicos no desean que los carros no se jodan.

Pasamos por un centro de apuestas deportivas donde si tuvimos que bajarnos y calmar los ánimos, ya que en toda la entrada estaba una camioneta con un sonido que valía más que mi casa a todo volumen y con una zona residencia a pocos metros.

Para mi desdicha todo transcurrió normal, la camioneta se fue del lugar al igual que mucha gente que protesto pero a los borrachos no hay que pararle muchas bolas solo había que saberlos manejar así que media hora después arrancamos.

A tres cuadras pudimos detectar un carro que no dejaba pasar a los demás e iba a una velocidad lenta, le hice seña a mi compañero y enseguida nos ubicamos cerca del carro ya que nos ignoraba de lo borracho que iba.

Hicimos que estacionara a un lado luego de una cuadra y media, parecía un chiste porque era alguien que no podía salir de su carro de lo mal que iba.

Aplicamos la fuerza y lo empujamos contra el capo, mi compañero lo reviso detenidamente y no pudo disimular hacerme una seña bastante graciosa al ver que el borracho tenía un culo mamarruo (grande), se veía duro, carnoso, en fin, un culo porno.

No debía tener más de 35 años y según su cartera estaba casado a demás de tener el anillo de matrimonio, era bastante atractivo pero su estado era crítico.

Nuestra seriedad fue cambiada por una leve sonrisa de malicia porque no era la primera vez que se nos presentaban situaciones así.

Le quitamos la cartera, las llaves y nos decidíamos llevarlo a pasar la borrachera en el comando aunque yo había quedado como hipnotizado con ese monstruo de culo debajo de un jean desgastado.

Lo palpe con mis dos manos y todo el sádico en mi salió, Israel así se llamaba el borracho no reaccionó y cuando nos dimos cuenta estaba dormido sobre el capo.

Mi cara de malicia era peor y veía las muecas de risa ligadas con desaprobación de mi compañero cuando le palpaba toda la raja del culo y luego me lleve la mano a mi nariz. No pude dejar de exclamar lo bien que me olía ese culo de macho. Reímos a carcajadas.

Yo quería comérmelo pero mi compa no estaba de ganas así que sabía lo que vendría ya que el no me delataría, mas de una vez el hizo lo que estaba a punto de hacer yo.

Mi nuevo amigo dormido termino del lado del copiloto de su auto mientras yo lo conducía hacia el matadero, ese lugar que guardaba tantas perversiones de mi a plena luz de la luna ¡Que romántico!.

Quedaba a las afueras de la ciudad pero no era un sitio tan lejano del centro y pasando un camino de tierra rodeados de arboles llegamos al sitio.

Ya mi verga estaba dura, en realidad estaba así desde que me monte en el carro y tratando de ganar tiempo, apague el carro quedando solo una leve luz prendida dentro de él para comenzar a quitarme la parte de arriba de mi uniforme.

Como un ritual, empecé a acomodar la escena porque ya no aguantaba y cargando a mi victima que era bastante pesado lo coloque en el asiento de atrás dejándolo boca abajo.

Abrí las dos puertas traseras y me fui en busca de su cara, me encantaba pasear mi verga y sentir su fina barba rozar mi glande mientras la bañaba de mi olor que estaba bastante fuerte ya que antes de comenzar el turno me había hecho una paja.

Metí mi guevo en su boca y maniobrando su cabeza no pude dejar de soltar unos resoplidos por lo caliente que sentía esa cueva mientras de fondo sonaba el comunicador, ese que me avisaría en caso de novedad que mi compañero pasaría buscándome.

De vez en cuando mi víctima se despertaba pero estaba demasiado alcoholizada para reaccionar y en segundos estaba roncando de nuevo lo que aproveche para acomodarlo en el asiento y desde afuera meter mi verga en su boca como un coñito.

Como extrañaba esa sensación y aunque no era una mamada en regla, era lo suficiente buena para gozarla con todas mis ganas y hacia lo hacía.

Embestía su boca como un loco e Israel trataba de respirar pero mi verga de más de 20 cm se lo impedía y hubo un momento en que parte de lo que había ingerido bañó mi verga.

No quería bañarme en vomito así que adopte algo más de calma porque no quería ensuciar el pantalón y no quería quitarme las putas botas que cuestan media vida quitármelas así que estaba listo para pasar a otra fase.

Busque algo que nos protegiera de la tierra ya que no pretendía seguir en el carro ya que era muy pequeño y llevando a Israel, mi victima algo más despabilado lo acosté en el suelo luego de poner un plástico de color naranja que llevaba en la maleta.

Había tenido demasiado paciencia con él y el tiempo era oro porque en cualquier momento nos podían llamar pidiendo refuerzos.

Mi verga seguía erguida y tan dura como una piedra, se veía imponente saliendo de mi cremallera algo brillosa a la tenue luz del vehículo.

Bajé el jean y su ropa interior de color negro hasta sus tobillos, un olor a macho soltó aquella zona y la lamí por pocos segundos aunque aquellas nalgas enormes y macizas llenas de pelo me gustaban como para darle pipe por un día entero.

Admito que le metí hasta dos dedos llenos de saliva para dilatarlo pero no por mucho tiempo, le escupí el culo como nunca lo había hecho y bajando mis pantalones hasta las rodillas me posicione sobre él.

Escupí mi mano, bañe mi verga también en mi saliva y la puse en todo coñito recostándome lentamente en pleno sobre él.

Mi cintura hizo lo propio y fue entrando, Israel reaccionó y se metió media verga de un golpe y tuve que agarrarlos de las manos para inmovilizarlo aunque el alcohol le hacía estragos en su cuerpo.

La dulce espera no tardo mucho y sentí mi guevo entero en su culo, que rico se sentía de lo apretado y caliente que era, podría estar días así.

No pude prolongar más el periodo de adaptación y empecé a embestir en ese culito rico mientras mi victima trataba de zafarse pero cada vez con menos fuerza.

La resistencia de ese culo a abrirse era bestial ya que no me permitía culiarlo como quería pero era el cielo sentír como me apretaba.

El trataba de adoptar otra posición pero estaba dominado y cuando trataba de abrir las piernas para agarrar impulso simplemente me facilitaba metérselo hasta el fondo lo que provocaba unos gemidos que me excitaban más.

Cuando lograba cerrar sus piernas cosa que era difícil con las mías entre las suyas me excitaba mucho mas ya que se sentía más apretado.

El mordía el plástico y yo mordía su cuello, ya no había resistencia para yo no poder gozar ese culo y él lo sabia así que cada vez me facilitaba mis embestida dominándolo completo. Se lo hacía saber llamándolo “puta”.

Sus gemidos hacían eco en aquel lugar dominado por el sonido de animales nocturnos convirtiendo en un ritual al sexo entre machos.

Lo cambie de posición y tenía la mirada perdida pero no se resistió más, alce sus piernas unidas por su jean y las empujé hacia delante dejándome su culo a mejor disposición.

Ya lo sentía muchísimo más dilato así que la metí de una sola embestida y el gimió, ya no tanto de dolor podía percibir que estaba sintiendo algo más aunque esto fuera una violación.

Y me volví loco destrozándole el culo, ahora sin pausas y sin limitaciones llenando ese bosque de más gemidos. Le daba en la madre cuando un haz de luz llenó la estancia.

Era la patrulla que había llegado, lo que me restaba tiempo y acercándose mi pana con una sonrisota mientras seguía abriendo aquel culo solo me dijo que teníamos que estar antes de las 3 en el comando.

Culeando observe el reloj y vi que faltaba media hora, estaba presionado pero el tan solo sentirme visto por mi compañero me ayudaba y le daba con más ganas a ese culo que hace casi una hora había dejado de ser virgen.

Siento un flash que nubla mi mirada y observo que fue delante de mí, quien no estaba animado hace rato a este juego ahora tomaba fotos y acariciaba la cara de Israel lascivamente. Metía su dedo haciendo que lo chupara y hasta escupía aquella cara regándolo después.

Vino hacia mí y tomo varias fotos de mi verga entrando y saliendo del culo y hasta un corto video, segundos después se levanto y desabrochó su pantalón.

Me pidió que lo pusiera en el capo, aprovechando que estaba algo despierto, yo seguí metiéndoselo aunque en esta posición lo ponía a gemir mucho más pero todo esto fue callado con la verga de mi amigo en su boca.

Para mí esto fue demasiado y esas corrientes placenteras más profundas empezaron a recorrer mi cuerpo. Siempre soy un animal pero ahora lo era mucho más y el sonido del choque de sus nalgas con mi pelvis era más rudos.

Esa cueva estaba más abierta y podía darle con todas mi fuerzas, dios que rico se sentía todo. No pude resistir más y grite de placer cuando mi primer chorro bañaba las paredes de aquel culo, luego un segundo arrebatador y un tercero que me termino de llevar al cielo y los demás un peldaño más arriba.

Me quede pegado a su cuerpo casi desmayado mientras sentía los empujones para tragarse más la verga que faltaba todavía por apagar y ese sí que duraba, así que unos minutos después que me recuperé fui a vestirme.

Estaba lavándome la cara con una pequeña botella de agua que estaba en la patrulla cuando escuché los gemidos de mi amigo. Tenía a Israel agarrado por el cuello con su guevo hasta la pata y unos segundos después lo soltó, cayendo aquel hombre sobre el capo.

Vino hacia mí unos minutos después, paso su dedo por debajo de su glande y en un movimiento rápido la puso en mi nariz en plan joda y yo lo empujaba pegando contra la camioneta como un muñeco.

Reímos como unos niños, siempre nos salíamos con la nuestra.

Faltaban 5 minutos para estar en el comando, la habíamos cagado y no podíamos dejar a Israel en este sitio. Lo dejamos aparcado en un estacionamiento público de un lugar residencial y volamos a donde nos esperaban sin novedad.

Como me gustan esos culos de una noche, me llenan de adrenalina y me hacen gozarlo a lo sucio sin sentimientos, sin remordimientos y por primera vez.

¿FIN?






Gracias por haber leído el relato, como siempre espero que te haya gustado. Hay material nuevo pero en fase de corrección, iré publicando poco a poco. Apretones de nalgas para todos. Comenta si te gusto por favor y seguiré subiendo.

domingo, 27 de agosto de 2017

Primer contacto sexual



Hoy soy Cristian y esta es parte de mi historia.



Las clases habían sido tan estresantes para lo que iba de semestre que esta fiesta en especifico eran lo mejor que nos podía pasar a nosotros. Entre bailes en plena calle con los amigos, el alcohol y la jodedera típica de los carnavales fue pasando la noche.

Pasado de las 12 sentí una mirada sobre mí, de esas que llaman tu atención y haces contacto directo, y allí estaba él, con una sonrisa invitándome a que fuera. Me sentí tentado pero desistí de la idea, no quería malas jugadas en mis vacaciones y en un pueblo que poco conozco.

No sé si les ha pasado que ven a un carajo con pinta de macho, con esa seguridad, con ese aplomo al caminar que podría tener a todas las carajas a sus pies y uno lo que siente es ganas de tenerlo en 4 patas recibiendo pipe de manera brutal. Eso me pasaba con él pero yo soy un maldito cortado, se que algún día prenderé en candela al closet y las cenizas las utilizare como pimienta pero así estoy desde hace tiempo, 20 años no vividos plenamente.

Terminada la canción apareció él, llamo a una amiga de mi grupo para saludarla y sentí algo de alegría, se estaban abriendo las puertas del cielo. Unos ojazos marrones claros penetrantes, una tremenda sonrisa y se veía atlético. -Que bueno son estos pueblos- exclame para mí mismo, mientras me lo presentaban. Se llama Freddy.

Él siguió con nosotros la rumba, ese carajo me tenía tentando. Cada movimiento para acercarse a mí y sus jugarretas como buen oriental estaban provocándome que quisiera cogérmelo allí mismo frente a todos. Pero mis instintos animales no podían salir a flote aunque quería meterle mi guevo de 19 cm hasta el fondo de un solo empujón y darle con todas mis ganas hasta que me vaciara en su culo, pero no, debía ser responsable. Me aparte del grupo, buscando serenidad. No sabía lo que pasaba, si era que el humo que estaba en el ambiente era de una droga que me estaba volviendo loco, o era el alcohol no sé, pero es que este chamo me tiene casi eyaculando en los pantalones.

El sabía lo que hacía, cuando minutos atrás bailando “de forma descuidada” pego sus nalgas a mi verga y al ritmo del baile con todos presente, de manera disimulada me las meneo en todo el paquete.

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAA maldita sea-pensé.

Allí estaba yo, recostado de una pared fumándome un cigarro como el propio estúpido mientras veía a todos bailar y con eso me refería a mirarlo disimuladamente. Dos cigarros seguidos después me despedí de todos, me iba a la casa de unos familiares, igual dentro de poco amanecería.

Iba por la calle echando madres, si bien mi bisexualidad es conocida por algunos de mis amigos, esa forma de acercarse me intimidaba, me hacía sentir culpable, sacaba cosas de mí que me hacia irreconocible o totalmente reconocible para mí mismo. En aquel entonces no tenía mucha experiencia.

Dos cuadras después oí que me llamaban pero ignore. Estaba centrado en mí, en esa negación y después lo contrario, en ese miedo que me tengo en esa pelea interna cuando haces algo y todo se vuelve una tormenta, así era yo.

-Me regalas uno-dijo Freddy, colocándose a mi lado como si me conociera de toda la vida.

No supe cómo reaccionar, entre acelerado y torpe fui a sacar un cigarro pero la caja se me resbalo y con reflejos el agarro la caja a pocos centímetro de mi mano.

-¿Nervioso?, no tengas miedo pana, yo no te voy a comer-Dijo Freddy dibujando una sonrisa en su cara.

No podía decir nada, me había comido la lengua, que arrechera sentía en ese instante estaba que me partía la cara con mi propio puño. ¿Por qué soy tan bobo?.

-Imbécil-Me llame a mi mismo en voz baja por reflejo.

-¿Cómo?-dijo el moreno.

-Tranquilo era para mí mismo -Dije yo.

-Entonces te acompaño en tu silencio-Mientras seguía sonriendo. Yo estaba hecho mierda.

Mi cara seguía al frente, menos mal que era moreno y casi no se nota lo rojo de la cara y él seguía allí, aunque ahora silbando una canción que no reconozco y yo sin poder mirarle a la cara pero algo más relajado.

-Yo sé que te gusto ya eso lo dejaste claro con tu comportamiento y no sé porque eres tan enrollado, a mí también me gustas y te invito a pasarla bien como adultos sin rollos-Dijo Freddy con una voz calmada y seria que no mostraba la excitación de la fiesta de hace unos minutos.

Sin una respuesta de mi parte, pasando por una calle oscura me empujo contra una pared y me robo un beso, un suave y único beso, luego me miro a los ojos y no vio rechazo ahora si fue en serio y yo correspondí. El sabor a cerveza, su colonia, su forma de sujetarme una mano mientras con la otra sin ningún tipo de frenos empezó a tantear mi mercancía me estaban quitando todos los frenos.

Yo no me quede quieto había pasado una mano por debajo de su camisa y sentía sus abdominales luego aproveche de palpar sus prominentes nalgas. Así estuvimos unos minutos hasta que oímos grupos de personas que se acercaban.

-Vamos a mi casa-me dijo.

-guíame- respondí mientras arreglaba mi paquete dentro del blue jeans.

Si les soy sincero a partir de ese momento las agujas del reloj se dispararon. El tiempo parecía ir más rápido de lo normal.

Nuestras ganas eran tremendas cada calle o rincón oscuro era para nosotros el sitio ideal para desatar nuestra calentura y que forma de besarnos, de tocar y masajear lo que cada uno había ofrecido para el otro.

Borracho por el alcohol y de lujuria, la llave para abrir la puerta entro de una. Fue como si esa habitación nos llamara, a los segundos ya estábamos sobre la cama y sin camisa.

Yo encima de él, besándole el cuello, las orejas, mordiéndole los labios, restregando paquete con paquete y tocando cada uno de sus músculos duros. Que ganas de devorarlo tenia, ya no era yo, era a eso que tanto le tenía miedo a un instinto animal con un solo propósito, sexo duro, sin complicación y la mayor cantidad de placer.

En un cerrar y abrir de ojos, caí a la cama empujado por Freddy. Sus dientes en mis tetillas y sus manos amasando lo ya duro. El no quería perder mucho tiempo, bajo besando y chupando mis abdominales hasta llegar a mi verga que estaba dura bajo la tela del jeans. Me dio una mirada mientras soltaba los botones para liberar mi guevo que más duro no podía estar.

-Así me gustan las vergas-Dijo Freddy cuando la saco del jeans.

Sacándome la ropa completamente, quería hacerme sufrir, beso mis muslos, mis pies, mis rodillas, mis bolas hasta que paso su lengua por todo la raja de mi verga sorbiendo las gotas de preseminal que salían de ella, que escalofríos sentí en ese momento, que ganas de clavársela completa hasta la garganta sentí. Con su mano en la parte más baja de mi verga apretándola con firmeza y su lengua recorriendo los límites del glande con el tronco, y a veces haciéndome sufrir con aquellos chupones que ejercía en el frenillo.

affff.

Acariciaba desde las bolas hasta la punta de mi guevo, llenando todo de saliva, probando todo mi sabor, recorriendo cada sitio, no quedo nada por probar. Yo moría de placer, no hay algo más placentero que te la mamen con devoción.

Que rica se sentía su lengua acariciando mis bolas, con toda mi verga hasta el fondo. Su boca subía y bajaba, humedeciendo todo. Yo elevaba mi cintura buscando placer, lo húmedo y caliente de aquella boca me tenía loco, en especial su profundidad.

Con una seña le dije que subiera, quería probar mi sabor en su boca y así lo hizo, sin despegar su boca de mi cuerpo jugando con mi ombligo, lamiendo mis abdominales, haciéndome gritar por el daño placentero que le hacía a mis tetillas y besando mi cuello hasta llegar a mi boca. Mis manos acariciando cada una de sus nalgas que apenas estaban descubiertas por su jean, su piel ligeramente bañada de sudor y nuestras vergas bañándose en líquido preseminal y parte de su saliva. El calor de nuestros cuerpos y la sed por las sensaciones.

Él se ofreció a mí en cuatro patas, ver ese culo me hacia delirar. Tome un poco de lubrix que él había sacado de una gaveta y metí uno de mis dedos hasta el fondo como había visto en las pornos y leído en internet. Metí dos de mis dedos con lubricante y le di vueltas para lubricar más. Ese culo estaba preparado, -este chamo sabe a lo que iba-pensé.

Freddy destapo un condón y como un profesional me lo puso con la boca, que vaina mas buena era este chamo. Adopto de nuevo su posición inicial y abrió sus nalgas con las manos.

Puse un poco de lubricante a la punta de mi verga y no espere más. Coloque mis manos en su cintura para tener firmeza. El glande toco la entrada de su culo ejercí presión hasta que entro la punta, ahora es que venía lo bueno.

Fui entrando lentamente sin parar hasta que llegue a la mitad de mi verga, espere unos segundos y volví a la carga, hasta que sus nalgas chocaron conmigo. Un leve gemido había salido de su boca.

Muchos niegan su lado animal pero ese impulso a tirar como unos salvajes no lo puedo negar, me gusta y aunque tenía que controlarme, no era yo en ese momento, metí y saqué mi guevo de uno solo.

-Que culo tan rico tienes-le dije.

El en respuesta hecho su cuerpo hacia atrás, clavándosela toda y volteo la cara con una sonrisa que hizo que me aprovechara de él. Saque media verga y se la clave de una, el en respuesta dio un gemido y se volvió a echar hacia atrás.

Si lo que quieres es guevo entonces toma guevo-Le dije con una gran sonrisa ya sin pena.

Agarre su cintura y comencé a meterla y sacarla más rápido, sus gemidos inundaron la habitación.

Cada metida lo hacía estremecer y yo no paraba por nada de este mundo. Yo le daría lo que él quería.

-Quieres que te parta el culo, toma-Le gritaba.

Sentía como ese culo me apretaba, como cada una de sus contracciones me hacían sentir placer y yo quería que sintiera todo. Sacaba mi verga solo dejando la cabeza adentro y arremetiendo hasta el fondo, estaba perdido entre el alcohol, nuestros sudores entre la sed del sexo y el animal interno, no pensaba en mas nada sino en metérsela más adentro, en saciar la sed y sentir más y más.

Ahora Freddy estaba en la cama boca arriba y yo dentro de sus piernas en misionero, la forma en que su respiración agitada sonaba en mis oídos me excitaban más. Cuerpo contra cuerpo y yo queriendo meter hasta las bolas dentro de ese culo. Sus gemidos se escuchaban en toda la habitación y yo jugaba con mi pipe en su culo guiando la sinfónica que salía de su boca debido a la penetración.

Alce sus piernas y deje el glande en su entrada para meterla completa y comenzar a culear a toda máquina de nuevo. Él estaba poseído con los ojos cerrados, gimiendo y haciéndose una paja monumental. Lo ayudé con eso, escupí su verga y empecé a meneársela mientras le taladraba el culo.

-Para para para no quiero terminar- Dijo Freddy.

Pero el no impidió lo contrario empecé a hacérsela más rápida y un grito ahogado salió de su boca mientras bañaba su abdomen y pecho con crema blanca recién batida, quedando con la respiración agitada en la cama y con una cara de fragilidad que me excitaba más. Masajee su leche en su cuerpo y le di un poco de mi dedo, que casi se lo traga completo con todo y mano.

Salí de su culo y me acosté a su lado con mi verga aun parada, él vio mi estado y vino por mí. Quitó el condon y luego beso mis bolas y mi verga, jugando con mi tronco por su cara y llenándosela de presemen.

Dicen que los ojos son la ventana del alma y yo lo confirmo, con mi guevo en la boca hasta el fondo su mirada denotaba solo una cosa, lujuria y más lujuria. Como solemos hablar mis amigos heterosexuales y yo de nuestros ligues, tenía una cara de perra que no se le quita ni con agua bendita.

Freddy vio mi reacción y no soltó mi verga hasta que cada chorro fue soltado en su garganta y se trago todo con devoción. Limpio cada centímetro de mi sexo y luego fue en busca de mi boca para pasarme los líquidos, los cuales trague sin problemas. Nos abrazamos y me hundí en la oscuridad.

Al día siguiente desperté desnudo en un cuarto que no conocía, estuve unos minutos dándole vueltas a la situación y llegue a la conclusión que tuve sexo con un moreno del cual no recordaba el nombre, casi a oscuras sin nadie a mi lado no recordaba mucho aunque el dolor de cabeza y el sabor en mi boca delataba lo que había ocurrido. Hundí mi cabeza en la almohada reprochándome la falta de consciencia. Luego de aceptar la locura que había hecho solo me quedo buscar mi ropa pero no se veía por ningún lado y salí de la habitación.

Visualice mi ropa encima de un mueble y sin hacer ruido me dirigí hacia allá pero mi gran susto fue cuando apareció un señor como de 50 años totalmente desnudo y con tremenda manguera colgándole y saludándome a tres metros con una cara como de “te pille, yo sé lo que hiciste anoche”.

-Maldita sea, maldita sea, MALDITA SEA-pensé-mírale la cara no la anaconda.

No estaba muerto aunque tampoco de parranda xD.



Continuará. 

Un agarrón de nalga para ti que llegaste al final jaja espero que te haya gustado. Puedes dejar tus impresiones en los comentarios y recuerda valorar los relatos. El viernes publicaré otro. 

sábado, 19 de agosto de 2017

El establo y mi virginidad 2/2



El establo y mi virginidad

*****

Actualmente se que cometí una imprudencia, yo era el hijo del jefe y José solo un trabajador, él perdería mucho más que yo si se descubría lo del río por eso había tomado una nueva actitud conmigo.

Lo días fueron pasando y quería estar con José pero él se negaba. Yo debía disimular que quería algo con él pero era tan difícil, lo que me llevo a ignorarlo aunque lo que sentía adentro era un fuego que me estaba quemando.

Esas imágenes en el río no me abandonaban, imaginaba de nuevo su guevo duro y ahora no solo en mi boca sino en mi culo, cada vez que pensaba en esa vez terminaba botando la leche.

Casi un mes de aquel momento tan excitante en el rio, yo estaba bastante frustrado con José y eso hizo que mi excitación subiera y que las pajas ya no fueran suficientes.

Unos de eso días, creo que era martes entré al establo a echarle comida a los caballos y burros, me encontré a ese treintañero que me había quitado el sueño, andaba sin camisa mostrando sus pectorales llenos de pelos y aquellos músculos en sus brazos.

Yo no quería mirarlo, él me descolocaba es como si mi excitación no la calmaran mis pajas y el tenia la cura para ese sobrecalentamiento que estaba sintiendo pero hasta no tenerlo solo elevaba lo que estaba sintiendo.

-Buen día Toñito-Dijo José bastante amigable pero no consiguió respuesta de mi parte-No seas así carajito, tu sabes que es una locura.

-Si tu jefe se entera también es capaz de matarme a mí, me dijiste algo en el río y pensé que lo mantendrías.

-Toñito recuerda pueblo chiquito, infierno grande.

-Nadie se debe enterar, eso está más que claro, ojala que no sintiera esto pero ya estoy cansado y siempre que te veo término haciéndome una paja- Salió de mi boca y quede sorprendido de ello.

El ambiente estaba tenso, yo seguí con lo mío, le echaba la comida a los animales y lanzaba las cosas en su lugar. José me observaba pero era incapaz de decirme algo más.

El día transcurrió lento aunque los trabajadores iban y venían haciendo su trabajo con más entusiasmo que nunca ya que faltaba un día para las fiestas del pueblo.

Ese mismo día, acabando la faena se acerco a mi José con una gran sonrisa dejándome algo desconcertado.

-Prepárate que mañana, nos vemos a las 11 de la noche en el establo abandonado cerca del río.

-Está bien, nos vemos-Disimulando lo que sentía porque realmente quería brincar sobre él aunque lo único que brinco fue mi verga.

Mi cara seguía algo seria aunque una muy leve sonrisa me delato, directamente fui a mi cuarto y brinque como loco. Cerré la puerta y sin importar que mis padre o abuela me llamaran, me tumbe en la cama y empecé a menearme mi verga con una mano y con la otra me acariciaba el culo, hasta que acabe bañándome en semen, pecho y hasta la cara.

Había llegado el día luego de una noche sobre exaltada con sueños que me dejaron mas excitado en la mañana. Había soñado con un toro furioso violando a un caballo que no podía escapar pero no podía recordar todo y algo con una vaca joven.

Al despertar, una emoción corría por mi cuerpo aunque trataba de mantenerme sereno.

Salí con mis amigos del liceo un rato, luego mi madre y abuela quisieron que fuera a la misa cosa que me hizo mucho más lento el día y eso sumado a los quehaceres de siempre que me estaban desesperando, tenía que acomodarme bien la verga a ratos para que nadie notara la excitación que cargaba ese día.

Al anochecer mis padres salieron al pueblo a disfrutar de las fiestas, mi abuela se había quedado conmigo lo que complicaba un poco las cosas ya que yo había inventado que estaba enfermo.

A las 10:55 pm salí casi que volando por la ventana, cuando llegue al establo no había nadie. El silencio de la noche elevaba mis pensamientos y pensaba que José no llegaría.

Fue un largo rato el que espere casi dormido hasta que escuche unos pasos, me escondí y viendo por una rendija apenas pude ver a José sudado y algo agitado.

-Aquí estoy-Le dije.

-Toñito que alivio, disculpa que haya llegado tarde no encontraba como escaparme de la fiesta-Dijo con la respiración agitada.

-Yo acabo de llegar, tranquilo-Mentí.

Con la poca claridad que nos daba la luna, pude notar que venía con una camisa con algunos botones desabrochados y una franelilla abajo. Estaba bastante sudado y tenía un olor que me servía de afrodisiaco aunque no lo necesitaba.

Nos acercamos y sin esperar nos dimos un beso, que no tenía nada de delicado sino lo contrario. Nuestras lenguas jugaban como locas y hasta algunas mordidas a los labios lo que me ponía mas a su merced. Pude notar el sabor a ron en la boca de José.

Con sus grandes y fuertes manos empezó a tocar por debajo de mi pantaloncillo mis nalgas y con un dedo la entrada de mi ano.

Yo acariciaba su abdomen, los músculos de su brazo que tanto me excitaban y su verga que salía por encima del jeans botando el líquido preseminal.

José estaba fuera de sí, me empujo a una pared de madera y agarrándome de los muslos me levanto, empezando a restregarme su paquete en el mío que ya estaba duro.

Sus besos salvajes me tenían casi sin respiración, yo desabroche su jeans para acariciar mejor aquel pedazo de carne largo y caliente que tanto había deseado.

Me soltó para bajar su pantalón y ropa interior completamente, yo hice lo mismo. Con sus manos me empujo hacia abajo, tuve que arrodillarme hasta tropezar con su verga que tenía un olor fuerte a sudor.

Esa noche José no era el mismo, aquella vez en el rio estaba excitado pero mantenía cierta serenidad que me tranquilizo pero esta vez era diferente, esta vez si venia por mí boca y mi culo deseoso de ser desvirgado.

Me la metí en la boca, probé el salado de su sudor y pre seminal lo que me excito más.

Comencé a masturbarlo con mi mano mientras mamaba la parte de su verga que podía tener en mi boca. José cada vez aumentaba su ritmo dejándome a veces sin respiración y no podía ni quería huir de ese macho.

Hizo que me levantara y me dio un beso tan sabroso que me hizo dejar atrás al inocente Toñito. Tomo de mi mano y me dirigió a un cuartico donde antes estaba la reserva de comida para los animales aunque todavía quedaban algunos sacos, yo mientras tanto con mi otra mano le masturbaba la verga.

Masturbaba aquella enorme verga llena de mis babas que palpitaba, ya el momento de la verdad se estaba acercando y yo no hacía más que desearlo.

-Mámamela-Ordenó José-Si quieres ser mi perra entonces vas a tener que aprender.

Ya en el pequeño cuarto, me volví a arrodillar y volví a meterla. Mis babas corrían por sus bolas y mi cuello, trataba de meterla lo más adentro posible para darle placer a mi macho.

José me agarro por la parte de atrás del cuello y empezó a meter su verga, ahora sí, hasta el fondo lo que me estaba provocando arcadas.

-Así, una buena perra tiene que tragársela toda-Me decía mientras gozaba de mi boca inexperta.

Ese macho estaba fuera de sí mismo, metía su verga lentamente hasta el fondo y luego la sacaba sintiendo cada rincón de esa verga en mi boca y garganta por un rato.

Saco su verga de mi boca y con sus manos, hizo que me colocara en los sacos que servían de cama dejando mi culo parado y listo para que me cogiera.

Pensaba que me iba a penetrar pero no, era su lengua ahora la que besaba mis nalgas, sentía como su lengua quería entrar más y más en mi, sentía su barba raspándome las nalgas y sus dedos que llenos de su saliva iban y venían en mi agujero.

Me levanto para darnos otro beso con sabor a culo pero inmediatamente me empujo, caí en los sacos y luego el encima de mí. Nos volvimos a besar sintiendo esas cosquillas en la lengua que me volvían loco. Luego quito mi camisa al igual que la de él y empezó a morderme y mamarme las tetillas casi haciéndome gritar de dolor y placer.

Beso cada rincón de mi pecho, axilas, abdominales hasta llegar a mi verga que seguía tan dura como al principio. Abrió más mis piernas, coloco especie de una grasa que saco de un lado de los sacos y la puso en mi culo y acomodándose, enseguida sentí su lanza apuntando a mi culito virgen.

Aunque estaba excitado no les puedo negar que estaba muy nervioso, había soñado una y otra vez que él me desvirgaba pero la realidad era diferente y José estaba fuera de sí.

Iba metiéndola lentamente haciéndome sentir un dolor casi insoportable y aunque trate de alejarme el me sujeto fuerte, inmovilizándome hasta que su verga llego a cierto punto que realmente me sentía lleno y con bastante dolor.

-sácalo José, me duele demasiado.

-Tú querías guevo entonces vas a tener guevo así llores y patalees-Susurro a mi oído con autoridad.

Sentí su pelvis chocar con mis nalgas, no podía hacer nada, estaba absorto al placer extraño y ese dolor que hacia mi cuerpo convulsionar. Nuestros cuerpos estaban bastantes sudados y eso que apenas estaba comenzando.

-Ay José, con cuidado…. Ay-Gemía.

Sentía como su verga entraba y salía lentamente pero igual me dolía, cada movimiento amplificaba las sensaciones, José empezó a masturbarme hasta que sintió que mi verga estaba dura de nuevo y comenzó a ir y venir más rápido.

Agarro unas de mis piernas y levantándola siguió con sus embestidas, yo estaba sintiendo toda esa verga de mi macho en mi culo. Nunca había sentido algo asi, a pesar de sentir dolor lo mezclaba con ese placer tan extremo y solo queria estar a merced de ese macho.

-Ay José ay, ufff

Agarro mis dos piernas y las unió, aumentando la fricción haciéndome gemir más fuerte. Este macho me estaba volviendo loco.

-Te gusta Toñito, yo sabía que te iba a gustar, de ahora en adelante vas a hacer mi puta

-Si, me gusta tu verga, me gusta ¡ay!

-Yo sabía que tu iba a ser mi puta, vas a tener que poner el culo y tomar mi leche cuando yo quiera-Decía José fuera de sí mismo-Ponte en 4.

Agarro mis nalgas, apretándomelas fuertes y de una metió su verga.

-AHHHHH JOSÉ

-Tu querías guevo ahora aguanta que esta noche te voy a coger las veces que quiera y como quiera.

El establo se llenaba de los sonidos de la pelvis del moreno con las nalgas mías, estaba como un toro José.

Las sensaciones eran tan fuertes y habían sido tan prolongadas por ese macho que sentía que yo iba a acabar sin tocarme.

Mis brazos no pudieron resistir más por la fuerza de penetración y caí directamente contra los sacos y con la cintura levemente levantada dándole mejor acceso a José que estaba hecho un loco en mi culo.

-Ay así José así, me vas a matar.

Mis nalgas revotaban contra su pelvis, algo incomodo por el tamaño de la herramienta pero a la vez placentero. José no bajaba la velocidad en ningún momento y de verdad sentía que iba a acabar.

Sus movimientos eran tan bruscos que me agarraba de los sacos para no chocar contra la pared.

-¿Quién está ahí?-Se escucho la voz de Teodoro el vigilante de la hacienda.

José me tapo la boca con una de sus manos y me dejo su guevo adentro, se acostó encima de mí y con una tela que había cerca nos tapo.

Me seguía penetrando suavemente sin hacer nada de ruido, los perros llevaban ratos ladrando y aunque estábamos excitados también estábamos nerviosos.

De repente se abrió la puerta del cuarto donde estábamos y Teodoro levantó la tela.

-Pero que carajos ¡TOÑITO! ¡JOSÉ!.

-Yo te lo puedo explicar-Respondió José que de un salto ya estaba frente al vigilante.

-Yo… noo…-Balbucee.

-Coño Teodoro, yo sé que es…

-Yo no quiero que me expliques nada-Interrumpió Teodoro agarrándose el guevo duro debajo de su jean-Tengo rato escuchándolos y quiero unirme a cambio de no decir nada.

José al principio se quedo sorprendido pero luego agarro la mano de Teodoro y la puso en su verga que estaba lleno de nuestros líquidos mientras lo masturbaban, el saco la verga del vigilante que según lo que pude ver por la poca luz era impresionante tenía un glande enorme rojizo.

-Hazle un cariñito con la boca José-Ordeno Teodoro.

Pensándolo un momento, mi macho se agacho y se metió esa verga en la boca.

Yo aproveche también y me coloque al lado de mi desvirgador, para mamar juntos esa cabeza impresionante y luego yo chupaba las bolas mientras él se encargaba del tronco.

-Este machito que se cogía las empleadas en el monte y ahora me anda mamando el guevo. Que putas son ustedes-Gemía Teodoro.

-Cuidao con lo que dices Teodoro-Replico José.

-Tranquilo Joseito, yo no diré que eres un maricon-Respondió Teodoro.

Ese macho cincuentón con su piel rojiza se veía imponente frente a nosotros, el campo lo había transformado en una mole.

José algo molesto acostó al vigilante en los sacos y le saco el pantalón, la mamada seguía en un dueto aunque luego de un momento bastante largo nos retiramos para que no acabara.

-Encárgate de las tetillas Toñito-Me ordeno José. Yo no sabía mucho pero me convertí en un bebe y hasta le mordí unas cuantas veces lo que le gusto al cincuentón.

Así estuve un rato turnándome entre las dos tetillas y su pecho lleno de un pelo espeso que me causaba mayor excitación.

-¡Hijo de puta! ¿Qué me estás haciendo? Nadie me había hecho eso, sigue-Decía Teodoro.

Bastante curioso baje la mirada y encontré que José le estaba metiendo los dedos en el culo, esa verga chorreaba liquido preseminal como un volcán y ese macho se estaba revolcando entre los sacos.

-Toñito mámale de nuevo la verga-Ordeno José-Cuando te diga tratas de tragártela toda-Me susurro.

José se levanto, busco un envase con una grasa y se la unto en la verga, levanto las piernas y se fue con su lengua a darle placer anal y aprovechando el descuido, esa verga fue entrando arbitrariamente por ese culo mientras yo tragaba hasta lo que podía.

-¿Qué carajos? Eso no AAAAAAAAAY-Grito el cincuentón-Sácamela maricon.

Trato de quitarme de su verga pero no pudo y con la fuerza de José asumió su destino, su culo también estaba siendo desvirgado esa noche.

Yo no dejaba de masturbarme esta sería la noche más morbosa de mi vida y aprovechando que Teodoro tenia la boca abierta libere su verga y fui por el placer a la mía.

Ese macho cincuentón no sabía en lo que se estaba metiendo y termino desenfrenado recibiendo una verga enorme y chupando como nunca lo había hecho.

José ya había dejado la compasión y el culo de Teodoro recibía esa verga con fuerza, todos sudábamos a litros y el olor a macho inundo la pequeña habitación.

-Los maricones son los que se dejan romper el culo y yo veo que te está gustando bastante-Le dijo José a Teodoro.

Yo me agarraba del cabello de mi mamador para afincarme mucho más y hacerlo tragar hasta el fondo lo que le causaba arcadas pero al rato no daba tanta resistencia.

José empezó a masturbar a Teodoro a toda velocidad y con tremenda verga metida en el culo no pudo soportar más.

Unos chorros de leche espesos y blanquecinos empezaron a llenar la mano de José y el cuerpo de Teodoro.

-Te acabas de correr como las putas macho-Dijo José.

-Nunca imagine que algo así pasaría, que hijos de putas son ustedes-Respondió Teodoro todavía desfalleciendo.

Los tres quedamos echados en los sacos escuchando el sonido de algunos perros y de los animales nocturnos, descansando un poco de la actividad pero José y yo no habíamos terminado. Aunque sentía que habían pasados 5 minutos de todo esto se que llevábamos un buen rato cogiendo.

-Me voy, el jefe puede venir y no encontrarme-Dijo el vigilante-supongo que nada de esto saldrá de aquí porque nos meteríamos en el problemón del año-Hablo con cautela-Todos asentimos.

Quedando los iniciadores de esta noche loca, José volvió a coger el mando. Con ese olor tan característico del sexo entre hombres, la temperatura del lugar y nuestras gotas de sudor corriendo por nuestros cuerpos.

Pegamos nuestros cuerpos y luego de darnos un beso sin limitaciones donde mi boca completa fue recorrida por su lengua sensación que nunca había sentido e imitándole probé su boca también, nuestra excitación se elevo.

Quede de espalda y mordiéndome los hombros clavo su verga en mi culo suavemente hasta el fondo.

-Quieres que te de mas verga ¿verdad?

-Sí, cógeme como tú sabes.

Sacaba su verga dejándome su glande en la puerta y la clavaba completa lentamente lo que me originaba sensaciones que todavía no se describir.

-Ayyy affff

Me mordía la oreja y me besaba el cuello, sentía su sudor corriendo por mi cuerpo lo que me excitaba mucho más.

-Toma carajo, tú querías que te cogiera ahora vas a ver-Me decía al oído.

Sus caderas empezaron a moverse más rápido y con ellos aumento el sonido de la cogida, yo estaba ido de este mundo sentía que iba a botar la leche a cada metida.

-Tócate el culo, ve lo abierto que ya lo tienes-Dijo mi macho retirando su verga-Dale, tócate no te de pena que igual ya te estoy cogiendo-Ahora aguanta porque te lo quiero llenar de leche.

Estaba sorprendido del diámetro que ya había agarrado, nunca pensé que esa verga iba a entrar pero los milagros existen.

-Abre las piernas-Me ordeno.

Yo quede boca arriba con las piernas abiertas y de nuevo metió su verga, esta vez sin pausa. Sentía como entraba completa, hasta que hacia tope adentro.

No sabía que tenía tal flexibilidad cuando empujo mis piernas hacia mi pecho quedando totalmente mi culo a su disposición.

Yo sentía morir de tanto placer y ese macho tenía un aguante, metía su verga como loco y por un rato.

-¡Ay Toñito! Te voy a dar la leche en el culo-Gritaba-Te voy a dejar preñao, toma ¡AAAAAAAAAHHHHHH! AFFF AAFFF AFFFF afff afff aff.

Yo agarre mi verga y empecé a masturbarla como loco, nunca la había tenido tan dura. José seguía en su mete y saca, yo solo pensaba en acabar y les mentiría si tarde. No fueron más de 10 sube y baja cuando mi leche empezó a salir bañándome la cara, pecho y pelvis.

-AAAFFFF mierda.

No recuerdo cuantos chorros fueron, lo que si es que perdí toda mi fuerza y José seguía jugando con su leche en mi culo lo que hacía más extrema mi corrida.

El cayó al lado mío y nos abrazamos, con nuestras respiraciones agitadas y con nuestros cuerpos pasando ese éxtasis que te deja sin energía, ambos estuvimos un largo rato, quedándonos dormidos.

José me despertó y ambos salimos casi que corriendo al rio a lavarnos, ya casi amanecía.

Con el agua fría y de madrugada nos bañamos y despidiéndonos con un beso cada quien agarro por su lado. Lamentando que no pudimos aprovechar mas el tiempo.

Estuvimos hasta las 3 de la mañana en ese establo que guarda tantos recuerdos de mi vida en el campo.

Al día siguiente me levante tarde y hecho trizas pero contento, con el dolor de culo que cargaba no me quedo de otra que fingir que seguía enfermo pero sin arrepentimiento. Mi sueño se había hecho realidad.

FIN

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

La hacienda estaba algo lenta ya que los trabajadores estaban enratonados por las fiestas y Doña Laura la abuela de Toñito como todos los días se había despertado a hacer los quehaceres y desde su ventana observo al señor Teodoro caminando algo raro.



-Señor Teodoro, ¿Qué tiene?-Pregunto la Doña preocupada.

-Ay doñita anoche me resbale y me quedo una pierna medio jodida pero ya se me está pasando-Respondió el vigilante.

-Si quiere agarre unas hojas de estas y se las pone donde le duele para que se cure más rápido mijo-Le recomendó la doña.

-Tranquila doñita, no es mucho tampoco.

José que estaba pasando justamente por ese lugar escucho la conversación y una sonrisa salió de sus labios.

Observo al vigilante y con una mirada quedo implícito todo mientras se rascaba una bola.

”De nuestras bocas no saldrá lo que paso anoche o si no te cojo de nuevo y esta vez sin cariñitos”.




Gracias por leerme.

sábado, 12 de agosto de 2017

El establo y mi virginidad 1/2

TORO

Cuando se es joven no se piensa mucho, ingenuo, estúpido y desmedido, a mi edad no puedo imaginar como pude ser tan… tal vez hayan sido las hormonas las que pudieron haber destruido mi fama de niño bueno y colocar en boca de todos a mi familia.

A mis 24 años la vida del campo es lo mío, como las generaciones pasadas de mi familia seguía trabajando para que el ganado y la siembra de la hacienda siguieran en pie.

Desde que tengo memoria ya cumplía alguna función dentro de las hectáreas de la hacienda y sumado a la escuela, así transcurría mi vida en mi pueblo querido.

Mi gran secreto que a pocos se lo había confesado, es que más de una vez he tenido algo que ver con algunos trabajadores de mi padre y es que siempre me han excitado los hombres aunque eso podría convertirse en un infierno en mi familia, las mentes en los pueblos son menos abiertas y eso me ha obligado a tener una doble vida.

Perdí la virginidad a los 15 años en el establo con José, uno de los hombres de confianza de mi papá que para aquel entonces tenía 32 años.

Un día estaba echándole comida a las gallinas cuando lo vi pasar hacia la parte de atrás del establo y sin más saco su verga y empezó a mear. Lo observe por unas ranuras y quede impresionado con una verga enorme oscurísima y ese líquido potente que salía de ella.

Ahora comprendo que son cosas de la adolescencia, empiezas a sentir esa picazón y pierdes la cabeza. Seguí observando a ese hombre de espalda ancha y unos brazos fuertes que le había dado el campo y sin querer se me paro… el corazón. Se meneo su verga un par de veces y se incorporo.

Yo no sabía qué hacer conmigo mismo, sentí algo que me dominaba pero a la vez ese miedo de que me hubiese visto. Esa noches transcurrieron entre pajas y más pajas.

Los días pasaban y cada vez que veía a José, me parecía más interesante aunque llevaba años trabajando con mi familia nunca lo había visto de esa forma.

De niño siempre le gustaba juguetear conmigo como todos los trabajadores de mi padre pero esa etapa había quedado atrás.

Un día comencé a perseguirlo, la curiosidad me estaba matando. Quería volver a verle la verga cuando meara y eso me tomo bastante tiempo. No sabía que me estaba pasando.

Siempre me escondía entre el monte, las plantaciones o las casuchas de los animales donde estaba José para poder repetir ese momento que tantas veces me provocaban pajas una y otra vez pero era más difícil de lo que yo podía.

Un día por casualidad estaba comiendo en las plantaciones de maíz sentado en una piedra grande un pedazo de pan con queso que le había robado a mi abuela que se hacían aquí mismo.

Había sentido un ruido pero no había visto que era, inmediatamente corrí a esconderme ya que podía ser mi abuela o mi mamá, gatee entre las plantas y quede asombrado.

Pude ver a Claudia, la hija de doña Josefa la cocinera, acostada boca arriba y con las piernas abiertas y entre ellas José mostrándome sus nalgas y sus enormes bolas que bailaban junto a un pedazo de verga.

Para mí eso fue el cielo, la excitación me domino y en segundos ya sentía mi verga dura.

Acostado en el suelo, saque mi verga y sin importar que alguien me viera, comencé a masturbarme con frenesí, segundos después un chorro de liquido espeso salía disparado regando las plantas. Quede en el suelo casi muerto esta situación me estaba sobrepasando.

Para ese entonces no sabía cómo era el sexo, no existía esa facilidad con el porno y lo más cerca, eran las fiestas con las burras que le gustaban a mis amigos y aunque estuve en varias no me atreví aunque admito que fueron morbosas.

Seguí observándolos, Claudia gemía como loca pero José le tapaba la boca con una mano, su ritmo cada vez era más feroz parecía un animal, un toro enfurecido.

Yo seguí excitado y volví a reiniciar otra paja, José se había quitado la camisa y ahora podía ver sus músculos llenos de sudor lo que me estaba excitando mucho más.

No se cuanto tiempo había pasado pero José había sacado su enorme verga llena de liquido y empezó a soltar chorros de leche que cayeron en el cuerpo de Claudia, otras en el suelo lleno de hojas y sus ropas.

-Esta es la última vez José-Dijo Claudia con la respiración agitada-Tu sabes que estoy comprometida.

-No seas así, tú sabes que aquel pendejo no te va a dar lo que yo te doy.

-Aquel pendejo como tú lo llamas me va a sacar de este pueblo, siempre fuimos claros. Esto es un pasatiempo.

Se arreglaron la ropa y aunque habían tenido una buena faena la situación se había puesto tensa, Claudia se fue por un lado y José paso a mi lado, casi me descubre.

Yo espere un momento y luego fui a acostarme donde habían estado cogiendo como animales, con mi verga aun afuera volví a la marcha y con los ojos cerrados termine de nuevo bañándome en mi propia leche.

Esa noche en mi cama me masturbe 2 veces más, imaginaba esa verga parada balanceándose y luego levantada, sentía que podía tocarla y masturbarla. Una vez que llegue a mi último éxtasis me entro el remordimiento.

Como podía ser posible que estando la Claudia con esas tetotas y ese culazo no la había tomado en cuenta solo veía a ese moreno que me tenia loco y no entendía la razón.

Desde ese día mi trato con José empezó a ser diferente, no podía dejar de verlo, me intimidaba y no sabía qué hacer. Yo seguía persiguiéndolo de vez en cuando tratando que mis responsabilidades no se alejaran de él.

Pasaron meses sin nada nuevo pero una mañana lo seguí a una parte alejada del establo, hacia el rio. Mis dotes de espionaje estaban activos hasta que unas gallinas me delataron.

-¿Quién está ahí?-Pregunto el moreno volteando hacia donde yo estaba-Salga que lo escuche-Empuño el machete y se dirigió hacia donde yo estaba.

-No me haga nada señor José, soy yo Toñito-Salí asustado de mi escondite.

-¿Qué haces tú por aquí Toñito?-Dijo José relajando su cara y guardando su machete.

-Es que… yo… iba al río.

-Yo también, la calor esta brava.

Llegamos al río, de inmediato el señor José se quito la camisa y empezó a brincar entre las rocas yo lo seguía. Cada vez nos adentrábamos más a los terrenos vírgenes de la hacienda.

Llegamos a una parte donde las rocas estaban más grandes y el agua más profunda, aunque la corriente no era tan fuerte.

José se quitó todo y salto al rio como un niño.

-¿Qué esperas? Lánzate Toñito el agua esta buena.

-No de seguro esta fría-Me excuse sabiendo que el agua del rio siempre era fría.

-No seas señorita, vente carajo-Gritó José con una sonrisa en sus labios.

-Pero es que…

-No es la primera vez que te bañas conmigo.

Me quite la ropa y mi verga estaba morcillona, corrí hasta la orilla y me lance rápido para disimular.

-¿Cómo has crecido Toñito? Antier eras solo un carajito.

Guarde silencio, mientras lo miraba a la cara y luego por pena miraba hacia los arboles.

Sabes que estoy algo preocupado por ti, por eso estamos aquí he notado que me estas persiguiendo.

Yo quería ahogarme en el rio en ese momento, no encontraba donde meter la cara y el miedo se afinco en mi estomago.

-¿Qué dirá mi papá?-Pensé.

Lagrimas empezaron a correrme por mis cachetes y estoy casi seguro que me puse rojo.

-No, tranquilo no llores. A mí también me gustan los hombres y mucho más las mujeres.

-Mentira, a mi no me gustan.

-Claro que si desde hace tiempo atrás, me andadas persiguiendo para verme el guevo.

-Es que yo…

-No digas nada… conmigo estas seguro pero debes a aprender a disimular. Nadie se puede enterar y eso que hiciste conmigo te pudo meter en algún problema grave.

Yo estaba sorprendido nunca hubiese pensado que José, ese macho con esposa y todo me estuviese diciendo eso.

Lo bese por impulso, un breve beso pero lo hice. –No debí hacerlo-Inmediatamente pensé.

El silencio se hizo, José me quedo mirando al igual que yo a él, sentí miedo.

-No me gustan los besos entre hombres muchacho pero me excitan otras cosas-Dijo José con su cara serena.

-Lo siento.

-Tranquilo, mi esposa no me da na´ ni tampoco mis otras novias-Confesó-Tócame para que veas como ando estos días Toñito.

Puso su mano en mi brazo y fue bajando hasta llegar a mi mano, agarrándola y poniéndola en ese pedazo de carne bajo el agua que ya estaba duro.

Yo no sabía que hacer, mi corazón estaba acelerado y aunque estaba en blanco en ese momento empecé a tocar sus bolas y a pajear su verga.

Sus manos callosas y fuertes empezaron a tocar mi pecho y luego mis nalgas. Una sensación extraña me invadió, una corriente recorria mi cuerpo y aunque resultaba placentero ese nuevo contacto de su cuerpo con el mío me pareció demasiado.

José cruzo sus manos por mi espalda dejándome totalmente pegado a su cuerpo. Nuestras vergas empezaron a endurecerse y nuestros cuerpos a tocarse de una forma que nunca había sentido.

Ese macho amasaba mis nalgas, haciéndome a veces levantarme un poco quedando su verga por debajo de mis bolas.

Cada caricia, ese calor era algo nuevo para mi y por ende excitante a tal punto que estaba dispuesto a hacer lo que ese macho propusiera.

Una piedra que sobresalía del nivel del río fue donde el moreno me ubico para dejarme más alto y hacerme la primera mamada de mi vida.

-Nunca he hecho esto toñito pero como sé que es tu primera vez, quiero que disfrutes.

Se metió mi verga de uno solo haciéndome gemir, se la trago casi entera y yo me sentía desfallecer de placer, se ahogo pero continuo con el trabajo. Subía y bajaba, acariciaba mis bolas y hasta en algunos momentos acariciaba con un dedo la puerta de mi culo.

Yo estaba que reventaba de placer, el chapoteo del agua se hacía más audible por la mamada que me estaba haciendo ese macho. Estaba extasiado y no podía aguantar más, era imposible.

El sexo nunca es como lo imaginamos, todas estas sensaciones me sobrepasaban y simplemente te dejas hacer.

Dejando toda mi verga en su boca no se la saco hasta que el último mililitro de leche no saliera de mi verga. Se hundió en el agua y quede sentado en la piedra, extasiado y todavía loco por ese hombre de metro ochenta y ese cuerpo enorme.

Vino de nuevo hacia mí, como un muñeco me bajo de la piedra y agarrándome una mano, me la puso en su verga que era muy larga y venosa. Yo lo empecé a masturbar al comienzo muy lento y cuando me adapte empecé a hacerlo lo más rápido posible.

Su cara denotaba que estaba gozando, llevábamos unos minutos así cuando agarrándome de los muslos me cargo hasta la orilla y en una piedra que hacía las veces de piso se agacho dejándome encima de él.

Me atrajo hacia él con sus brazos enormes que le había proporcionado el trabajo de campo y juntando nuestras caras nos besamos aunque fue algo incomodo. Yo no sabía besar y él estaba algo paralizado.

Un momento despues José se le notaba otra cara, esa que más tarde comprendí que era sobre estar excitado. Sentía su larguísima verga en mis nalgas, el levantaba su cadera para que su glande se paseara por ella.

Yo parecía un juguete delante de aquel macho que me tenía aprisionado para su búsqueda de placer, sentí su glande en la puerta de mi culo y como después no se movían hacia los lados sino que quería penetrarme en serio.

Yo estaba asustado, mis nervios me empezaron a dominar de nuevo aunque mi verga empezaba a elevarse de nuevo.

Sentía como un líquido mojaba mi puerta trasera, cada vez sentía más presión y el dolor a continuación.

-No por favor, me duele-Le decía casi al oído.

-Quédate tranquilo, después te gustara lo que pasa es que eres virgen-Dijo José fuera de si.

-No no no, me duele mucho-Yo casi lloraba pero José seguía presionando.

-Que apretado estas carajo, uff, este culo esta como me gustan.

-AAAYYY NOOO SUELTAME-Apenas pude decir ya estaba llorando.

-Está bien Toñito-desistió José que tenia la respiración acelerada-Si te la meto no podrás ni caminar y nos meteremos en un peo, mejor mámamela.

Él me había soltado, sentía todavía como mi culo se abría un poco y aunque no me había penetrado me dolía.

Aprovechando que ese macho estaba boca arriba, me situé entre sus piernas y observe esa verga, la agarre con mi mano y no era tan gruesa pero de largo era otra cosa. Apreté su verga desde la base midiéndosela, fueron 3 veces o sea 12 dedos y algo más.

Con mi mano en su base fui en busca de esa verga con mi boca, tenía un sabor salado que tragaba sin reparos aunque casi no podía meterla en mi boca, ni siquiera llegaba a la mitad.

El tomo mi cabeza con su mano y trato de meterla más adentro pero mis ganas de vomitar eran demasiado fuertes además que no podía respirar.

Insistió una y otra vez, en meter su verga completa en mi boca y yo me dejaba hacer, mientras tanto con una de mis manos me hacia una paja. Mis babas bañaban sus bolas y parte de sus piernas.

José abrió sus piernas poniendo el paisaje aun mejor. Sus bolas se veían enormes y su verga más larga aun.

-Méteme un dedo-Dijo desesperado el moreno.

Aprovechando mis babas lo hice, metía mi dedo completo y su expresión fue de un placer mayor. Me metí su verga en mi boca de nuevo dándole placer junto a ese dedo que salía y entraba.

-Así Toñito, que rico lo estás haciendo.

Empecé a tocar sus paredes anales con mis dedos y José no pudo más. Su anillo anal apretó mi dedo, no sabiendo lo que se avecinaba empecé a sentir como empezaron a salir espesos chorros de leches que cayeron en mi boca y luego bañaron su propia verga ya que no podía tragarlos.

Aprovechando el éxtasis del momento empecé a masturbarme de nuevo y apunte mi verga a su abdomen, bañándolo de mi leche.

La imagen de José en el piso y yo echándole mi leche encima todavía la recuerdo como si fuese ayer, su cara de ido y esa corriente que me envolvió cuando yo estaba acabando de nuevo.

Quedamos unos minutos en el suelo abrazados, sin hablar y casi somnolientos hasta que interrumpimos todo para volver al río y quitarnos toda nuestra leche que se había secado.

Volvimos a la parte central de la hacienda cada quien por su lado, nos huimos en la hacienda pero esa noche caí como muerto luego de una paja recordando lo que había pasado.

CONTINUARÁ


El próximo domingo estare publicando la segunda y última parte de mi relato. Espero que te haya gusta y no te olvides de comentar que te parecio. 

Iniciando a mi amigo

Soy Luis y esta es mi historia. Amigos van y vienen pero Nene si bien no era de los más cercanos siempre estuvo allí, su edad no permitía q...